Crisis española de 2008

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Al estallar la burbuja inmobiliaria en 2008, la bolsa se desplomó y las inmobiliarias quebraron por lo que sus acreedores, la mayoría bancos y cajas, no pudieron cobrar las deudas. La economía empezó a resentirse y el nivel de desempleo creció de una forma descomunal. 

La economía continuó empeorando y el Estado no producía ingresos para tantos gastos, y ni aumentando la deuda para volver a estabilizar la economía lograron resultados. Además, la prima de riesgo se disparó. En 2010, los líderes europeos propusieron a Zapatero un giro en sus políticas. Con ello, comenzaron las políticas de ajuste, que consistían en el recorte de los gastos y la subida de los impuestos para igualar ingresos y gastos, pero esto no tuvo un impacto positivo en la economía. En julio de este mismo año la tasa de paro oscilaba los 4 millones de parados. 

A pesar de todo esto, el precio de la vivienda no cayó demasiado, es debido a que los bancos y cajas aceptaron stock inmobiliario para saldar las deudas, el problema erradicaba en que debían ponerlo a la venta a precio post burbuja, por lo que en su balance daría un resultado negativo. Así que mantuvieron su stock a precio hinchado y se dedicaron a refinanciar la deuda de la inmobiliaria. Después de todo, en 2011 comenzaron a caer diversas entidades, que tuvieron que ser intervenidas y nacionalizadas o ayudadas con liquidez urgente, a cambio de aceptar un plan de bancarizaciones o fusiones masivas, lo que implicó una reducción de plantilla.

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Por otra parte, algunos sectores que se bidimensionaron durante la burbuja, llevaban toda la crisis apañándoselas para mantener su inviable tamaño, puede ser por dejar de pagar a Hacienda, por recurrir al rescate del Estado o por falsear sus cuentas. En este período, nos acercamos a los 5 millones de parados y el aumento de déficit obliga a volver a subir los impuestos y más recortes. Ni con la liquidez que ha ofrecido la UE a nuestra banca ha conseguido hacer fluir el crédito puesto que el problema económico ha evolucionado demasiado años atrás.